domingo, 6 de mayo de 2012

LA VIDA INTERIOR DE LAS ESPAÑOLAS

Por la ropa íntima que han llevado las mujeres podemos ver la evolución social que hemos tenido.


Y es que hemos pasado de llevar corsé al tanga. Laura Manzanera, nos ha retratado muy bien este tema en su libro "Del corsé al tanga 100 años de moda en España". En su primer capítulo comenta que "en realidad, moda no hay más que una y es, ni más ni menos, lo que se lleva ahora. Aunque, gracias a su pluralidad, permite a cada uno elaborar la suya propia (una muestra de su modelo de vida, su tarjeta de visita), es en esencia homogénea, pues únicamente unas directrices uniformadoras, propias de una sociedad masificada y globalizada, pueden garantizar su subsistencia. Este es, a nuestro parecer, el verdadero sentido de la moda actual: su sinfín de combinaciones, el abanico de posibilidades que abre al permitir confeccionar casi tantas modas como habitantes pueblan el planeta.

Estoy muy de acuerdo con todo lo que plantea Laura Manzanera en este libro, y es que la mujer no conoció el concepto de moda hasta que los turistas trajeron el biquini y la minifalda. El siglo XX es el siglo de la moda, pero durante sus primeros años las españolas vestían conforme a la moral cristiana, que exigía estar cubiertas desde el cuello hasta el empeine para no tener tentaciones. La dictadura franquista aisló a España del mundo, porque les exigieron llevar enormes sujetadores guateados y rústicas e inmensas bragas de algodón.

Afortunadamente, en 1906 el modisto francés Paul Poiret nos libraría de la tortura del corsé para llevar prendas mucho más ligeras. También influyó mucho la revista Hogar y Moda que nació en Barcelona en 1909, hizo lo suyo para que conociéramos lo que se llevaba en Londres y en París, dos ciudades donde la moda siempre ha contado con un gran protagonismo. Y aunque parezca mentira EE.UU se encontraba en tercera posición con respecto a estas dos ciudades, ahora podemos encontrar de todo paseando por la Quinta Avenida de Nueva York.

Pero no todo el mundo se destapó para enseñar sus pantorrillas, sólo las más modernas o aquellas que se lo podían permitir comprárselo.  Ciudades como Madrid, Barcelona y San Sebastián fue donde más se atrevieron a llevar estas prendas. Menos mal que vino esta democracia íntima donde los sujetadores y bragas cambian de forma, de colores habituales, y sobre todo de tejidos, muchos más sensuales y delicados, donde la mujer se siente más cómoda.

Y para terminar me quedo con una frase del sociólogo George Simmel: La moda es una de esas formas con las cuales los hombres, abandonando lo que es extrínseco al dominio de la colectividad, quieren salvar el máximo grado de libertad intrínseca."

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