domingo, 20 de mayo de 2012

SIN TABÚES


Basta una cara televisiva en la portada, para rellenar ciento setenta y dos páginas de un libro.

No les quiero confesar lo primero que pensé cuando "El sexo sentido" apareció en mi mesa de trabajo, pero me dije: no puedo juzgarlo sin haberlo leído siquiera; y comencé la lectura.  Más dudas que certezas me asaltaron al ver que lo primero que hace Tania Llasera es preguntarse por qué escribe ella, precisamente, sobre sexo. Y sobre todo, si confiesa que no es más que una presentadora de televisión, que no ha estudiado sexología. Estudió Periodismo, Comunicación y Bellas Artes cuando se marchó a sus 18 años a Inglaterra. En la actualidad compagina sus apariciones en la pequeña pantalla con una colaboración en el programa "Atrévete", de Cadena Dial, donde sí habla sobre sexo. Declara que siempre ha tenido "interés en sí misma", sobre su propio sexo, pero para este trabajo se ha tenido que documentar y mucho. Con esta respuesta sigo pensando que cualquiera puede llegar a escribir un libro.

Está claro que cada uno escribe lo que quiere, pero Tania Llasera no se conforma con la solapa para contarnos su vida. Narra en primera persona, contando las anécdotas de su familia, de su madre que es inglesa, su padre bilbaíno, que durante una época del año se marchan a visitar a sus abuelos ingleses a "La Casa del vasco-inglés", que es como se llama la vivienda y se encuentra al final de un monte del pueblo alicantino de Jesús Pobre. Allí convive con la naturaleza como Dios la trajo al mundo; sí, sí, lo que están pensando, desnuda. La mitad del libro es su vida con pelos y señales. Desgrana desde aventuras de colegio: se casó hasta dos veces con los más brutos de su clase; hasta el primer vello púbico que le salió nada más volver de un campamento de Francia. Y de relatar su infancia y su pubertad pasa de una página a otra al sexo puro y duro.

¿Su primera vez? Pues se escapó de casa para mantener relaciones sexuales con su novio y gran amor, como ella lo califica. No sabemos cuándo acaba el relato de sus vivencias y cuando comienza el manual de sexo que se nos promete en la portada. Poco a poco, Llasera va sacando lo mejor de sí misma. Con gracia habla de cuando alguien te deja, de cómo se supera ese estado de desamor, un vacío del amor que sacia con comida, especialmente el chocolate, ese “sustituto” apasionado. También da las claves para ligar y que da en el clavo al poner nombres a los rollos de una noche. Sin duda, es la parte más divertida, la que me ha sacado un par de carcajadas, porque en ocasiones una misma pone cara a alguno de esos ligues de una noche. A enumerarlos le ayuda su amigo, biosexólogo y prologuista David Pla. Por ejemplo, "un amante pinxito o el sexo tipo entremés” son aquellos que te comes con o sin hambre, “de bocado rápido y con el plus de bajar calorías emocionales". Estamos en el capítulo titulado "Sexo a la carta", en el que también se adentra por ese gran desconocido: el orgasmo.

Sin duda se dirige al público femenino, a pesar de que uno de los apartados hable de los hombres. Ella habla de su sexo, no del de los chicos.  Tal como lo cuenta es natural, pero a veces peca de excesiva naturalidad, cuando no roza lo soez. Se reitera en "coños", "hostias" o "casquetes” y lo más suave que dice es que “la pubertad es una gran putada".

Al presentar “El sexo sentido”, Tania Llasera sentenció: "es un libro que he escrito y eso no creo que sea criticable"; y remachaba que no tenía miedo a la crítica. ¡Aquí va una!

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